Durante mi visita al reciente México Fire Expo, mis colegas de la National Fire Sprinkler Association (NFSA) me regalaron su último documento publicado en español, un manual sobre “protección con rociadores de las ocupaciones de depósitos y almacenamientos”. Este manual llena un gran vacío dentro de los documentos de referencia en español para el profesional de la protección contra incendios, pues además de incluir información inédita sobre el tema, ha sido escrito en un lenguaje sencillo con ejercicios prácticos, llevando al lector a comprender el mundo, cada vez más profundo o complejo, de la protección contra incendios con rociadores automáticos en bodegas de almacenamiento. Fue escrito por el ingeniero Kenneth Isman, PE, vicepresidente de ingeniería de la NFSA, mi compañero en la escuela de ingeniería de protección contra incendios en la Universidad de Maryland, quién me hizo el honor de pedir que le escribiera el prefacio del nuevo manual.

Incendios devastadores

Aunque bodegas con almacenamiento han estado presentes en Latinoamérica desde siempre, no ha sido sino hasta épocas recientes que se ha puesto mayor atención en su protección, particularmente ahora que se han incrementado no solo el número de este tipo de instalaciones, sino su área y altura. Recuerdo hace un par de años haber visitado el incendio de una bodega de almacenamientos en estanterías de 150.000 m2 de área construida en la ciudad de Cali, Colombia (ver fotos anexas). Esta bodega había sido administrada con eficiencia, había sido excelentemente mantenida y su protección contra incendios, según su operador, era la mejor que había encontrado en el mercado: detección de humo a través de detectores de haz de luz y mangueras de agua. A pesar de la alarma eficaz del sistema de detección y la respuesta inmediata del cuerpo de bomberos, el incendio fue una pérdida total valuada en su momento en 45 millones de dólares. La culpa de esta pérdida total no fue porque el sistema de detección no era bueno, ni porque los bomberos no actuaron adecuadamente, sino más bien por la falta de rociadores automáticos. En esa visita oí algo que ya había escuchado muchas veces antes: “pero ingeniero nunca pensamos en los rociadores, puesto que aquí almacenamos solo producto terminado!”.

En estos últimos años he estado trabajando en la zona libre de Colón, en la desembocadura al mar Caribe del Canal de Panamá, donde ya existe el conjunto de bodegas más grande de Latinoamérica. Allí, en épocas recientes. Han ocurrido 3 incendios multimillonarios. En mis visitas a estos siniestros he encontrado prácticamente lo mismo: pérdidas totales y falta de rociadores automáticos. Aquí he visitado, por ejemplo, una bodega de estanterías completamente nueva de 3 niveles, cada 1 de estos de 140.000 m2 de área construida y conectados entre sí por inmensas aberturas, protegidas únicamente con detectores de humo mal instalados y mangueras de agua contra incendio. Y escuché lo mismo que en Cali, donde no se pensó en los rociadores automáticos, siendo esta la única opción conocida para obtener una adecuada protección contra incendios. Debe quedar claro que un incendio declarado en una bodega de almacenamiento que no esté protegida por un sistema de rociadores automáticos generalmente resulta en pérdida total.

Los incendios en bodegas

en el incendio de una bodega con estanterías se conjugan una gran cantidad de combustibles, con una geometría que ayuda al rápido desarrollo del fuego. Ni las estanterías ni el techo de las bodegas, generalmente están diseñados para resistir llamas de libre crecimiento, por lo cual colapsan rápidamente si no hay control temprano del incendio. Esto obviamente hace que un ataque interior, por una brigada o por los bomberos, sea muy peligroso. Aunque la bodega almacén de repuestos metálicos, estos muy posiblemente están individualmente envueltos en plástico/papel y empacados en una caja de cartón que a la vez está empacada en otra caja que contiene 12 cajas, y estas en otra caja que contiene las 12 docenas. Estas cajas están a su vez…

Autor: Ing. Jaime Andrés Moncada, PE, PMSFPE

Fecha Publicación: Julio 2021

Fuente: Seguridad en América, Año/Vol. 22, No.127, Pág. 50-52.